Mediando para expandir la educación

Durante la semana del 3 al 8 de julio estaremos en Zaragoza para asistir a las cuartas jornadas de ALCESXXI. Participaremos en unos talleres que recuperan la noción de educación expandida para pensar nuestra relación con el paisaje mediático.


Nos gusta pensar que los conceptos son herramientas útiles para descifrar el mundo que habitamos como organización. Tratamos de desembarazarnos de nuestras propias tendencias al fetichismo, tratamos de controlar el impulso de mercado que diseña conceptos consumibles para sostener prácticas fuera de lugar. Cambiamos, nuestras situaciones personales se mezclan con las realidades políticas y económicas que vive la entidad legal que nos sostiene y que se encuentra en relación con otros agentes. Muchos conceptos nos sirven durante algún tiempo y luego se quedan en el camino; otros, más flexibles, actúan como tiendas de campaña: nos dan cobijo, nos permitan sentar el campamento sobre terrenos desconocidos, son modulables, los podemos guardar y transportarlos sin demasiada carga cuando no son necesarios.

Educación expandida es uno de esos conceptos-tienda de campaña: desde que lo incluimos como parte del kit de supervivencia hace casi diez años, nos ha permitido errar por diferentes territorios. Nos ha permitido plantar el campamento con amigas con las que compartir improvisados espacios de reflexión. Pero sobre todo nos ha permitido sentarnos sobre suelos inhóspitos, paisajes recónditos, cotos vedados: escuelas, institutos, organismos educativos públicos e incluso privados. Educación expandida nos ha sido un concepto útil para cuestionar la normatividad de las prácticas educativas institucionalizadas.

Pero sigue siendo útil al margen de estos espacios de reflexión vinculados a las instituciones educativas, porque es un concepto dúctil: bajo el techo de tela de la educación expandida seguimos buscando prácticas que cuestionan el orden del mundo, proyectos que fomentan una cultura de la participación diversa e iniciativas que analizan el paisaje mediático con la rigurosidad que surge de las experiencias personales.

¿Qué materiales tiene la Educación Expandida?
Contrastando la intuición de que el sistema educativo es un espacio para la normalización y la formación de sujetos trabajadores disciplinados, empezamos a pensar la Educación expandida como un concepto que pusiera en valor la aparición de nuevas formas de comunicación, producción y consumo cultural que estaban teniendo un efecto cada vez más importante en la forma en la que aprendíamos y enseñábamos. El tedio de la escuela contrastaba con un universo de sensibilidades imcomprensible para la institución escolar.

La 11 edición del festival ZEMOS98 sirvió de catalizador de una serie de actividades que vendrían a ahondar en las posibilidades del concepto desde proyectos seleccionados a partir de una convocatoria abierta, visiones teóricas como las de Jesús Martín-Barbero, Brian Lamb o Ronaldo Lemos, y talleres situados en experiencias locales. Las experiencias fueron documentadas para que tuvieran recorridos en diferentes momentos y lugares y los resultados obtenidos se pueden seguir consultando en esta web a día de hoy. Dos materiales de aquel proceso que han sido muy importantes para nosotras son La escuela expandida, el documental que produjimos junto a Platoniq sobre la experiencia de utilización de la metodología Banco Común de Conocimientos en un instituto del Polígono Sur de Sevilla; y Educación expandida, el libro que editamos en 2013, entre otras.

Y, como casi siempre que un proceso es enriquecedor, salimos de aquel año con más preguntas que respuestas. ¿Quién implementa innovaciones en el sistema educativo si no puede formar parte de él? ¿Es posible mantener el mismo nivel de trabajo si el proyecto se alarga o se integra en la propia dinámica del centro? ¿Es la motivación la clave para que se entienda que el esfuerzo es un ingrediente más del proceso de aprendizaje? ¿Qué herramientas pueden usar los profesores para comunicarse y motivar más y mejor a sus alumnos? ¿Cómo evitar esa sensación de distanciamiento con gran parte del alumnado durante el resto del año?

Descentrar el eje. Desbordar las institucionalidades
Durante su intervención en el festival, Martín-Barbero situó la educación expandida como la necesidad de aprovechar la crisis actual que vive la escuela y otras instituciones para integrar lo que él llama «saberes compartidos». Estos saberes complementarían al saber hegemónico que representan el saber científico y humanístico para integrar el lenguaje poético, el lenguaje de los sentidos, el lenguaje del cuerpo y los lenguajes de la experiencia social, en definitiva.

La institución educativa necesita autolegitimarse, considerarse el único espacio certificado de saber. Pero su incapacidad para pensarse en relación a otros lenguajes y otras sensibilidades demuestra que en la confianza con la que defiende su hegemonía se encuentra su mayor debilidad. Al poner saberes, ideas, experiencias propias de extramuros en colisión con las coordenadas de la educación dentro de la escuela, los cimientos mismos de la institución se tambaleaban.

Educación expandida puso el saber escolar en relación de igualdad con otras experiencias vitales que ayudan a constituir ciudadanías críticas y a extender la experiencia del aprendizaje a lo largo de toda la vida. Y nosotras pusimos educación expandida en relación con otras ideas, procesos y proyectos en los años siguientes. El concepto se desplazó para acercarse a unas coordenadas que desbordaban el eje de las instituciones educativas, central hasta entonces.

Hackear las narrativas mediáticas
Educación expandida fue, poco a poco, cristalizando como metodología de trabajo para aproximarnos a los distintos proyectos que iniciábamos. Formó parte del corpus de acción de la red europea Doc Next Network, que compusimos junto a otros colectivos entre 2010 y 2014; se puso en marcha en el 98lab, un laboratorio de nuevos medios y cultura digital que llevamos a cabo durante dos ediciones; sirvió a Comunicacción, un proyecto de educación mediática que realizamos para la Junta de Andalucía.

Levantamos la tienda de campaña del espacio académico, al menos temporalmente, y nos acercamos a otros parajes, desde donde podemos observar e intervenir el paisaje mediático: la alfabetización mediática ha sido uno de los principales espacios de reflexión y puesta en marcha de proyectos en relación a la educación expandida durante los últimos años. ¿Por qué?

En diciembre de 2007 se aprobó la Directiva Europea de Servicios Audiovisuales (Directiva 2007/65/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 11 de diciembre de 2007): por primera vez en la historia de Europa, se introdujo en la regulación del sistema mediático la necesidad de “…promover en todos los sectores de la sociedad (…) las habilidades, los conocimientos y las capacidades de comprensión [que permitirán a los ciudadanos] utilizar con eficacia y seguridad los medios”. Se abrió una puerta para desarrollar una educación mediática más adecuada, superando la que se ha ofrecido hasta la fecha en la mayoría de los países europeos en el ámbito escolar. Permite imaginar una alfabetización que vaya más allá de la formación de meros espectadores para desarrollar programas en los que el alumnado pueda generar sus propios discursos mediáticos así como fomentar la capacidad crítica de la ciudadanía.

Sin embargo, las expectativas que esta Directiva generaron en 2007 no se han terminado de cumplir una década después, en un momento en el que se encuentra en serio riesgo con el auge de las fake news y de espacios y contenidos mediáticos cada vez más confusos, difíciles de entender, contradictorios. Plantar la tienda de campaña frente al paisaje mediático implica asumir la responsabilidad de trabajar por constituir una cultura crítica hacia los contenidos que consumimos a diario. Y también implica poner en cuestión nuestro rol como agentes para la construcción de una ciudadanía activa.

Procesos de aprendizaje y nuevos formatos
Pensar desde las coordenadas de fomentar una cultura de la participación y situarnos en el rol de la mediación P2P nos ha permitido desbordar los espacios del saber, situar prácticas de transformación social en lugares insospechados, experimentar con los formatos a través de los cuales es posible aprender. La educación expandida nos ha llevado, a través de este largo proceso, a pensarnos como agentes de mediación entre diferentes instancias de construcción del espacio social y a desarrollar dispositivos y proyectos que permiten desarrollar estrategias de transformación social multicapa. En los últimos años, algunos de estos proyectos herederos de la noción son:

    • Displaced in Media: un proyecto para la participación de los jóvenes migrantes y refugiados en las esferas mediáticas de las sociedades europeas, con el objetivo de incluir sus voces, deseos y esperanzas en las grandes corrientes de los medios de comunicación.
    • Hackcamp IAAP. Co-diseñando soluciones a retos en la Junta de Andalucía: el Hackcamp es un formato de encuentro que pone a grupos de personas a trabajar colectivamente por solucionar retos propuestos.
    • Commonspoly: un juego de mesa para reflexionar lúdicamente sobre las posibilidades y límites del procomún como discurso crítico para producir transformaciones sociales.
    • Agualandia: el diseño y la ejecución de un marco de acción para alumnado de instituto que proponía un juego de rol en el que los alumnos tenían que asumir roles específicos en referencia a la gestión del agua como bien común en una ciudad ficticia.
1 Comment
  • John

    30 diciembre, 2019 at 1:59 pm Responder

    Que buen trabajo este que presentan!

    En el proyecto que vengo desarrollando con Wikipedia en la Educación espero poder aportar a la iniciativa. Saludos

Publica un comentario