BIENVENID@ A SEVILLA, PARQUE TEMÁTICO DEL ESTADO POLICIAL
Edelmiro T sincletica@hotmail.com
 
Llegues por donde llegues, las entradas a Sevilla están cubiertas por controles policiales que tienen entre sus varios objetivos provocar largos atascos e inconvenientes a los ciudadanos que van a su trabajo, a la escuela, a sus cosas... y amedrentarlos, sensibilizarlos y hacerlos mirar hacia otro sitio, hacerlos vulnerables hacia un miedo de momento indefinido, que mas tarde los medios de comunicación convencionales -siempre gubernamentales en todos los regímenes, aunque aparenten independencia de cara al mercado- se encargarán de identificar como los indeseables y siempre peligrosos que estamos contra el ultracapitalismo travestido de democracia de masas.

Meter miedo. Un miedo que se enfoca hacia enemigos exteriores, hacia terceros que sólo son visibles en los telediarios y que presumiblemente vienen a hacer peligrar el mundo de felicidad y bienestar que hemos conseguido poniendo nuestras acciones de futuro en manos de los brokers del Gobierno. De los gobiernos en la Cumbre.

El miedo es útil para poder. Ese miedo hace que la gente, callada ante el televisor, se ampare en los "encumbrados" y acabe perdonando los excesos de los tiranos, a los que incluso piden protección. Hemos vuelto a la mayoría silenciosa que tan bien le servía a Franco. ¿Alguien se acuerda...?

Cuando entres en la ciudad verás que en su interior está totalmente colapsada tras la construcción de metros y metros de vallas y la disposición de áreas restringidas a la gente común, que pretenden crear escenario y, dicen, garantizar la seguridad de unos dirigentes cuya supuesta legitimidad democrática ni siquiera les da para ponerse al alcance del pueblo.

La ciudad acordonada de extremo a extremo para defender de la gente a unos jerifaltes que vendrán a esta ciudad a mantener la liturgia de sus tramas, avanzando hacia atrás para que no les pillen los "lepenes" que beben de sus mismas fuentes y les disputan el empleo ante el gran jefe del capital, implacable, retrocediendo hacia adelante con políticas miserables que excluyen a la gente, que extorsionan el planeta, que impiden la libertad.

Las calles están transitadas por miles de policías, de uniforme y de paisano, en los bares y en el asfalto, en las plazas llenas de gente viviendo la calle como aquí es costumbre y en los lugares mas escondidos de la intrincada geografía de la ciudad. Es un auténtico estado de sitio que si no es percibido mayoritariamente como tal es por el enorme aparato de propaganda que ha desplegado el gobierno con sus medios de comunicación de masas. Lluvia fina, difusión tan masiva, tan sostenida y tan global que nunca llegó a imaginar Goebbels.

Debes llevar tu identificación a mano: es más que fácil que te controlen y ya se han dado numerosos casos de maltrato a ciudadanos que sencillamente transitaban por las calles. No te digo nada si además tienes "mala" pinta o si participas en actos de protesta...

En el espacio exterior, que antes fue sencillamente el cielo azul de Sevilla, verás ahora -es un decir- aviones-espía, caza de guerra con misiles, helicópteros... Y en las azoteas policías, policías y más policías: un cielo de terror.

La memoria guardará la Cumbre de Sevilla por sus excesos, por sus abusos y, probablemente, porque sea la penúltima de este tipo de cumbres que pretenden sobre todas las cosas realizar una ostentación de poder ante los ciudadanos. Demasiado precio para un saraito de césares...

Pero también debería quedar en la memoria porque fuera una patada al capitalismo global dada en el culo de los muñegotes que lo representan desde el poder en toda Europa. Eso es que lo que los capitostes temen y pretenden evitar con tanta intimidación y tanto miedo.

Eso es lo que está por ver.

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