Contar y escuchar historias no es sólo una necesidad para los seres humanos, sino un placer. Tanto los mitos, las fábulas y las leyendas, como las fórmulas mágicas y los hechizos, sirven para modificar la realidad. Hay historias para educar e historias para ir a dormir; historias para vender e historias para recordar. Muy a menudo se juzga la función de una historia basándose en su contenido: quiénes son los buenos y quiénes los malos; cuál es la moraleja y qué quería decirnos el autor. En realidad, mucho de lo que una historia puede hacer depende del modo de contarla, de los instrumentos utilizados y de la relación que se establece entre el cuentacuentos y la comunidad. Discutiremos sobre todos estos aspectos de la narración a partir de la experiencia de Wu Ming y en concreto de Manituana, el último trabajo del colectivo.
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Wu Ming - Narrar no es suficiente. El oficio del cuentacuentos en la época digital
Viernes 10 de julio de 2009, por