Nunca me gustó la violencia, tampoco los gritos, ni siquiera me gusta escuchar a las personas que hablan gritando, cuando la tele está muy alta me molesta, me influye en mi estado de ánimo, todas estas cosas me hacen perder la paz, me gusta escuchar la música muy bajita, hablar en orden, quitar el sonido de la tele cuando alguien está hablando, me gusta el silencio, la tranquilidad.

He educado a mis hijos sin rifles, sin pistolitas, sin nada que oliera a guerra, incluso a los juguetes les quitaba las pistolas... Había un tío de ellos que se enfadaba porque una vez les regaló una pistola y yo le dije que eso no se lo daba a los niños que no me gustaba que jugaran a la guerra, que les regalara balones, juegos educativos... él decía que no sabía qué daño podía suponer un rifle de juguete... terminó siempre dándoles el dinero para que yo les comprara los regalos.

Cuando fueron mayores los dos se declararon insumisos, yo les decía que por qué no se hacían objetores y los dos se negaban con fuerza y con razones que yo mismo les había enseñado, un día comentándoselo a una amiga me dijo ¿qué quieres? Debes sentirte orgullosa, son el producto exacto de lo que tú misma les has enseñado desde chico. Pues claro que sí, yo no quería que mis hijos jugaran a la guerra. Afortunadamente la mili obligatoria se acabó y no han tenido más problemas.

Enseñemos a nuestros hijos e hijas a vivir en paz y no jugarán a la guerra.

UNA MADRE.