Si fuera por nuestra seguridad…

Inicios

Extraído de “Lavapiés, un barrio feliz” del blog inicios.es

Security (Dir: Lars Henning)

A través de shorstville he visto un corto de Lars Henning que se titula “Security“. Un guardia de seguridad de unos grandes almacenes pilla en pleno hurto a una chica polaca. La acompaña hasta su despacho para que le devuelva lo que intentado robar, pero la chica le ruega que la deje marchar, que no tiene documentación en regla y que ha sido un error que no volverí a cometer. Le dice que hará lo que haga falta si la deja marchar. El hombre la deja marchar y le pide que no vuelva a aparecer por el supermercado, pero al día siguiente la vuelve a ver guardándose de nuevo dentro de su chaqueta artículos del supermercado sin tener intención de pagarlos. Su acento polaco ha desaparecido.

Security

Un corto de ficción muy interesante que reflexiona sobre una sociedad que no permite debilidades, en la que el control y la seguridad están por encima de la solidaridad o la comprensión.

Filmmaker Bio
Born 9.3.1976, worked as Script Supervisior from 1997, as Assistent Director from 2001, now studying film at Academy for Media Arts at Cologne.

Periodistas ante la videovigilancia

Estoy suscrito al servicio de aviso de noticias de google con varias palabras clave, entre otras, con la palabra “videovigilancia”. Así, cada vez que una noticia de las que google indexa lleva en su texto esta palabra, me llega un mensaje al correo con el enlace de la noticia en cuestión. Normalmente recibo en mi bandeja de entrada artículos acerca de la necesidad que ven comerciantes, ciudadano y, por ende, ayuntamientos de implantar un sistema de videovigilancia que produzca un suspuesto efecto de persuasión a los malhechores y reduzca los índices de criminalidad que, según los medios, parecen estar por las nubes. Otra cosa es que las estadísticas digan lo contrario.

Consecuentemente, esto influye en la paranoia colectiva y tiene como repercusión que el ciudadano en general vea con buenos ojos cualquier medida que se tome en nombre de su propia seguridad, ya sean el aumento de policías y seguridad privada o la instalación de este tipo de dispositivos de control como son las videocámaras, altavoces o cualquier otro que con el avance de la tecnología (y su precio accesible para casi todos) podamos imaginar.

Experimentos como el de Dier y Noaz hacen observar que el efecto paranoico conlleva la sumisión al control y el hacer pasar a segundo plano derechos universales y constitucionales como la intimidad, la privacidad, el derecho a reunirse libremente, el derecho a no ser sospechoso por defecto. Pero, ¿quién genera esta paranoia?. Parto del hecho de que es un efecto que hay quien busca, no es algo natural aunque se intente naturalizar y esos que ponen en práctica técnicas goebbelsianas para conseguirlo están en muchos casos invisibilizados, ocultos o al menos no claramente identificados.

Imagino que tiene que ver en primer lugar con aquellos que ponen en el mercado la tecnología: empresas militares, aseguradoras, empresas de seguridad privada, detectives privados, no sé. También los que quieren ahorrarse personal, una inversión a tiempo en un buen sistema de CCTV puede ahorrarte en poco tiempo el sueldo y costes de un trabajador que haga de vigilante. Una propuesta similar a la que hizo Jeremy Bentham y su modelo de cárcel panóptica. También andan detrás de esta propaganda los que tienen negocios y ven en la videovigilancia la panacea de la seguridad y prevención total, sin importarle si en el camino se pierden derechos o si realmente los estudios indican que en la mayor parte de los casos el sistema no es efectivo. Por supuesto, los políticos toman parte de la construcción del discurso del miedo, no cabe duda. La estrategia es (1) meto miedo en el cuerpo alertando de una situación peligrosa a través de rumores, despistes, etc. que desorienta a la ciudadanía hasta que (2) aparezco como el gran salvador proponiendo soluciones en favor de la seguridad por encima de todas las cosas, ya que la situación es extrema. El fin justifica los medios.

Y todo esto nos llega a través de los medios de comunicación, principalmente televisión, radio y prensa escrita. Los medios como tales, esto es, grandes corporaciones que tienen intereses económicos entiendo que apoyen este discurso del miedo. Sin embargo, me preocupa la actitud de un periodista cuando se enfrenta a este tema. En una gran mayoría de los casos ni siquiera se molestan en leerse la ley y cometen errores de base a la hora de hablar de videovigilancia. Es preocupante que se pongan por defecto del lado de los que defienden el sistema de control y que no haya casi nunca espacio para la reflexión, para preguntarse al menos si habría que debatir la decisión, para dar voz a los que nos estamos a favor y preguntar nuestras razones. Es lo que antes se llamaba ética periodística, que tiene una responsabilidad.

Siento que algunxs amigxs se van a sentir ofendidos porque estoy “atacando” de alguna manera la profesión, es lo que tiene estar suscrito a una palabra clave como videovigilancia y recibir todos los días noticias defendiendo a veces lo indefendible con frases como “el que no tiene nada que ocultar no debe tener problemas”. No digo que ellos mismos la escriban, pero sí la enfatizan en boca de otros.

De vez en cuando -y aunque no sea un punto de vista revolucionario- aparecen noticias que sí dan un mínimo espacio a la reflexión y la crítica. No tengo ni idea de la ideología que anda detrás de este periódico, pero Aviso, cámaras grabando aparecido en La Verdad de Albacete tiene lo mínimo que se le puede pedir a un texto periodístico sobre el tema: diferentes puntos de vista y fuentes, acercamiento (aunque incompleto) a la ley y llamada a la reflexión. Hoy estoy optimista, así que no voy a buscar otra noticia que equilibre la balanza y se acerque más a lo que comento arriba.

Brick Lane by CCTV

Brick Lane by CCTV. There’s more CCTV cameras on the Brick than there is rubbish bins. And we’ve got photos of them all.

Brick Lane CCTV

Pincha sobre la imagen para acceder a flickr y poder navegar por las fotos de cámaras de seguridad de Brick Lane. Un gran trabajo de mapeo y visualización que tenemos pensado hacer también en Sevilla, continuando lo que ya hicimos en Vic o en la zona de la Alameda con el taller de UNIA Feliz 1984.

Vía Ricardo

Paranoia

Después de las noticias acerca del estudio de implantación por parte de INDRA de un nuevo sistema de cámaras de videovigilancia que el Ayuntamiento de Sevilla y APROCOM han pensado para la ciudad, hemos retomado la implicación en la crítica activa de esta cuestión a medida que seguimos cómo se desarrolla el acuerdo y vemos la forma o las formas que harían posible reunir energías y esfuerzo con la idea de que no salga adelante la propuesta.

Tras participar en un par de asambleas de La calle es de todxs (Asamblea por el libre uso del espacio público), colaboramos en un primer debate en torno a la videovigilancia en el Centro Cívico Las Sirenas, donde también estuvieron como intervinientes principales Marta Franco y Curro Aix. Hace unos días, en un nuevo espacio social y cultural okupado en Sevilla que dará mucho que hablar -la Fábrica de Sombreros-, de nuevo se planteó la posibilidad de continuar con el debate y nos unimos con ganas de plantear qué acciones se podrían desarrollar como crítica y protesta ante los planes de la administración. Luismi y Ángela, de la propia asamblea, hicieron una magnífica introducción del trabajo que están llevando a cabo desde hace más o menos un año y del modelo de ciudad que se está implantando como preámbulo a lo que después Marta (con muchos datos bien presentados y organizados sobre lo que está ocurriendo con INDRA, APROCOM y Jon Ander -Delegado de Economía y Empleo – de IU, por parte del Ayuntamiento) y yo mismo (mostrando algunas de las acciones que hemos llevado a cabo en Vic dentro del contexto de la QUAM o en la Alameda de Sevilla a raíz de Feliz 1984) contamos delante de unas 20-30 con las que posteriormente inciamos una conversación. Justo antes vi conveniente proyectar el reportaje que nos hizo TESIS con motivo del curso de la UNIA, ya que participaba Osfa o Luis André, que sin duda tienen una gran capacidad de análisis con respecto a este tema y sabía que aportarían cosas interesante a la discusión.

No hay duda de que todos los que estábamos allí tenemos muy claro que esta idea de un sistema de videovigilancia en la ciudad no nos gusta. Es simple, entendemos que nuestro derecho a la intimidad, a la privacidad y al respeto a nuestra propia imagen y libertad de movimiento está por encima de la razón por la que se plantea el sistema: la seguridad. Además de esta razón, que ya podría ser un argumento suficiente, pensamos que estos dispositivos de control fomentan la desconfianza, el pánico, el miedo, el terror, la paranoia y la deshumanización de las ciudades. Por si fuera poco, hay datos que indican que estos medios no hacen descender el nivel de criminalidad y en la mayor parte de los casos en los que hay imágenes de delitos cometidos frente a la cámara, los casos se quedan estancados o bien por falta de otras pruebas definitivas o bien porque ni siquiera se puede identificar del todo a la persona que aparece filmada.

En cada intervención que se sucedía en la reunión que mantuvimos quedaba patente que los argumentos planteados eran de peso. Ahora tocaba pensar en cómo trasladar este malestar a la opinión pública, a los vecinos, a los comerciantes, a los políticos. Hay encuestas que nos desaniman porque hablan de altos porcentajes de entrevistados que verían bien o muy bien que se pusieran cámaras en su propio espacio de trabajo o en los colegios donde estudian sus hijos. Incluso entre los vecinos de la Alameda o San Luis, barrios donde el sistema de videovigilancia planea implantarse, hay mucha preocupación por la seguridad y no ven con mal ojos que las cámaras vigilen los espacio públicos. La nueva comisaria o los nuevos hoteles ya lucen flamantes videocámaras de tercera generación.

No se trata de verse uno mismo en una situación de privilegio desde la que tiene capacidad de razonar y pensar que el resto del planeta está equivocado. Pero si hacemos un simple análisis del discurso de los medios de comunicación, vengan de donde vengan, de cualquiera de los formatos posibles, nos encontraremos con un discurso del miedo que nos paraliza y hace que seamos capaces de ceder derechos universales en favor de una supuesta seguridad que nos proporcionarán si aceptamos la premisa. Avalancha de inmigrantes, terrorismo nacional e internacional, calentamiento global incontrolado, subida de precios y crisis económica, altos índice de criminalidad, violadores y pederastas, estafadores, dificultad para acceder a una vivienda y okupas, maltrato infantil y doméstico, acoso sexual, atraco a mano armada, corrupción, matromino gay, tsunamis o la conferencia episcopal. Cualquier cosa es válida y se utiliza para aterrorizarnos y sentir que necesitamos protección. Eso por no hablar de la publicidad, máximo esponente del conservadurismo mediático. O el estado de sitio en el que se vive durante las horas que pasas en un aeropuerto o en una estación antes, durante y después de viajar y los contratos que hay firmar antes de ser operado en el hospital.

Este imaginario de lo incontrolado, lo inexorable, lo perverso, lo malvado. Este paisaje desolador y poderosísimo presentado por no se sabe quién pero amplificado por los medios es al que nos enfrentamos con nuestros argumentos. David contra Goliat. Las cámaras no son realmente el problema. Tampoco lo es la tecnología, ni los RFIDs, ni siquiera la locura de la biometría o cosas peores. Lo que ahora quizás debiera preocuparnos en primer lugar es cómo vamos a explicar que no queremos que nos graben sin que nos tachen de sospechosos de partida. Todo aquel que desconfíe del sistema de seguridad está desafiándolo y, por tanto, tiene algo que ocultar.

Desnudos

Así me he sentido en mi periplo Sevilla-Madrid-Paris-NYC-Miami-Bogotá-Lima-Cuzco-Lima-Santiago de Chile-Madrid-Sevilla:

Portada New Yorker

Vía Guerra Eterna

Otro género de ficción: la videovigilancia

La Constitución Española indica que “se garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen”, así como que “la ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal y familiar de los ciudadanos y el pleno ejercicio de sus derechos”. Conscientes de que estamos siendo vigilados casi constantemente, tendemos a naturalizarlo e interiorizar el discurso político y mediático de una supuesta seguridad por la que pagamos cediendo parte de nuestras libertades civiles.

El uso generalizado de cámaras de videovigilancia -y otros dispositivos tecnológicos de control como radares o sensores- en el mobiliario urbano de nuestras ciudades conforma un paisaje arquitectónico en el que las cámaras se camuflan en una situación “alegal” en la mayor parte de los casos. Pero estamos más tranquilos (en casa, en el colegio, en el trabajo, etc).

El argumento del miedo y la paranoia es la excusa ideada por el sistema para que transfiramos nuestra responsabilidad y subjetividad a estas “máquinas automatizadas de percepción”, ojos siempre abiertos más ágiles y eficaces que nosotros y a los que otorgamos credibilidad por su singular textura, verdadera, objetiva, real.

Ahora se trata de agudizar nuestra mirada. Las imágenes captadas en bancos, plazas, colegios o en las entradas y salidas del edificio donde trabajas son capaces de construir nuevas subjetividades, nuevas narraciones, “historias de control” personalizadas. Es urgente desmontar el discurso mediático de la videovigilancia. No es más que otro género de ficción.

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Es una breve columna de opinión que he escrito para el próximo número de la revista Vídeo Popular, imagino que saldrá publicado.

Y es un homenaje a los Rodríguez por la de cosas que nos/me han enseñado, quizás sin ni siquiera saberlo.

Look, otra peli sobre videovigilancia

El tráiler de esta nueva película -de ficción- da un par de datos que suponíamos, pero que no sabíamos exactamente: en los Estados Unidos hay unos 30 millones de cámaras de vigilancia y un americano medio es grabado por ellas unas 200 veces al día. Look es la nueva película de Adam Rifkin -recién estrenada en los EEUU- inspirada en esta demencial profusión de cámaras. El gran dispositivo a escala nacional incluye cámaras en parkings, calles, tiendas, etc, pero también en vestuarios y servicios públicos (hay pocos estados cuyas leyes prohíban explícitamente estos emplazamientos). Después de despojar al ciudadano del espacio público, la seguridad nos está despojando del ámbito privado (teóricamente sagrado en la cultura americana).

Rifkin no ha utilizado vídeos reales, sino que ha dispuesto sus cámaras en las mismas localizaciones que estaban los dispositivos de vigilancia y ha tratado después las imágenes en postproducción para darles una apariencia similar. Además, ha utilizado actores completamente desconocidos para aumentar aún más la verosimilitud. Como curiosidad, la página de la película ofrece una sección con ejemplos de vídeos reales. Para que te hagas una idea, en la lista de los más vistos se encuentran joyas como el secuestro de una prostituta o una “spanish girl” en un probador de ropa.

Lo he leído en Inicios.

La lista de películas que tratan sobre este tema se hace cada vez más amplia. Algunas son distópicas y otras cada vez tienen más relación con lo que hay hoy, con poca ciencia ficción de por medio. Estas navidades vi La vida de los otros, y tengo apuntado Redacted de Brian de Palma.

En España, aunque no lo parezca, también se hacen cosas más allá de la gloriosa Más de mil cámaras velan por tu seguridad. Algunas tan poco conocidas como una película de Fernando Huertas que se llama “El elegido” (protagonizada por José Luis López Vázquez y Amparo Baró). Es de 1985, bastante antes del “fenómeno Gran Hermano” o El Show de Truman, imagino que le hubiese gustado publicarla en 1984. También un corto de 1996 de Felipe Luna que se titula Te lo Mereces (1996).

Video IP – Monitoreo Urbano

Algunos datos que parecen en el siguiente (y escalofriante) vídeo:

  • Un nuevo concepto de vigilancia permanente para solucionar problemas
  • Tranquilidad para los ciudadanos
  • Eficiencia y agilidad para las fuerzas y cuerpos de seguridad
  • Tecnología y bienestar
  • Monitorea entradas y salidas de la ciudad
  • Vigila escuelas y puntos con gran flujo de personas, así como lugares con alta peligrosidad
  • Visión permanente y vigilante
  • De 267 cámaras, 55 se instalan en escuelas para seguridad de alumnos y profesores

http://www.tecnicaseguridad.com.ar

Regale perímetros de seguridad

Por fin llega una tecnología en el ámbito doméstico que consigue conciliar la polémica relación entre seguridad y privacidad. Regale a su familiar o amigo más cercano su propio espacio seguro, su lebensraum personal para desarrollarse como persona en la intimidad, sin relaconarse con nadie en búsqueda de la pureza absoluta, con la seguridad que permite saber que uno no va a ser molestado ni interrumpido por nadie. Tenga ese detalle con su pareja o, mejor, déjele caer que le gustaría tener uno de esos perímetros de seguridad tan divertidos.

Además, se puede complementar con un TeleSpy Intrusion Detector, en caso de que no estemos presentes dentro de nuestro perímetro de seguridad y algún listo sobrepase nuestras propiedad. Para casos de extrema precaución, recomiendo encarecidamente ver el vídeo explicativo de este genial sistema de alarma, tan simpático para nuestros niños. A ver cómo se las arregla la intrépida mamá para cotillear entre sus cosas…

Consta de 3 sensores que crean un triángulo con los típicos rayos que al cruzarlos, suena una alarma bastante sonora, con la que sabremos cuando alguien está invadiendo nuestro espacio. Por lo menos ahora podrémos saber cuando están cerca de nuestros secretos.

Lo he visto en No puedo creer que lo hayan inventado, donde también dan grandes ideas para otros regalos de navidad tan entretenidos y pedagógicos como la caja fuerte para niños, la cerradura biométrica o el Room Defender.

Más ideas para regalar si estás obsesionado con la seguridad y la privacidad.

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