Soy Libre

Bristol

Ve a trabajar, envía a tus niños a la escuela, sigue la moda, compórtate normalmente, camina por la acera, mira la tele, ahorra para cuando seas viejo, obedece la Ley y repite conmigo: soy libre.

Graffiti on Philip St, Bedminster, Bristol, UK (opposite Windmill City Farm)

[vía]

Educación vial para niños

Me lo envió Santiago.

Feliz 1984. Sociedad, control y medios de comunicación

El pasado 3 de marzo estuvimos, el colectivo ZEMOS98, en Murcia (pasando por Madrid y preguntándome si la forma en la que está construida la red ferroviaria no es también una cara más de toda esta moneda posmoderna) presentando esta unidad didáctica que trabajamos en torno al control.

Feliz 1984. Sociedad, control y medios de comunicación – Unidad didáctica PDF

El contexto fue lo más interesante ya que se trataba de presentar todo el proyecto Panel de Control y Feliz 1984 como casos prácticos (y teóricos) para profesores y profesoras de la Educación Secundaria Obligatoria y el Bachillerato. Se trata del curso de formación Transversalia para el profesorado que organiza lalalab (clara boj) en el Centro Párraga en torno a la didáctica del Arte Contemporáneo en las asignaturas de Educación Plástica y Visual, Medios de Comunicación, Imagen etc..

Para ellos hemos hecho una Unidad Didáctica que recoge y aumenta alguno de los proyectos que hemos trabajado durante 2007. Hay cosas de la investigación para la exposición, del taller en VIC, de la presentación del libro en la FNAC, de Feliz 1984 en Sevilla… y algunas pinceladas más antiguas aún, como la propuesta de análisis crítico de “The Blair Witch Project” o la recuperación y puesta on.line de ZAP WAR de Laura Baigorri

Uno de los ejercicios que hemos propuesto al profesores es que imiten esta iniciativa:

Pues nada que si queráis reutilizar los materiales, proponer ideas o lo que queráis aquí estamos para eso.

Otro género de ficción: la videovigilancia

La Constitución Española indica que “se garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen”, así como que “la ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal y familiar de los ciudadanos y el pleno ejercicio de sus derechos”. Conscientes de que estamos siendo vigilados casi constantemente, tendemos a naturalizarlo e interiorizar el discurso político y mediático de una supuesta seguridad por la que pagamos cediendo parte de nuestras libertades civiles.

El uso generalizado de cámaras de videovigilancia -y otros dispositivos tecnológicos de control como radares o sensores- en el mobiliario urbano de nuestras ciudades conforma un paisaje arquitectónico en el que las cámaras se camuflan en una situación “alegal” en la mayor parte de los casos. Pero estamos más tranquilos (en casa, en el colegio, en el trabajo, etc).

El argumento del miedo y la paranoia es la excusa ideada por el sistema para que transfiramos nuestra responsabilidad y subjetividad a estas “máquinas automatizadas de percepción”, ojos siempre abiertos más ágiles y eficaces que nosotros y a los que otorgamos credibilidad por su singular textura, verdadera, objetiva, real.

Ahora se trata de agudizar nuestra mirada. Las imágenes captadas en bancos, plazas, colegios o en las entradas y salidas del edificio donde trabajas son capaces de construir nuevas subjetividades, nuevas narraciones, “historias de control” personalizadas. Es urgente desmontar el discurso mediático de la videovigilancia. No es más que otro género de ficción.

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Es una breve columna de opinión que he escrito para el próximo número de la revista Vídeo Popular, imagino que saldrá publicado.

Y es un homenaje a los Rodríguez por la de cosas que nos/me han enseñado, quizás sin ni siquiera saberlo.

Usted se cree una persona libre

Radarq me avisaba hace unos días vía Twitter de este breve escrito de Manuel Vicent en Elpais.com:

Usted se cree una persona libre, pero, de hecho, más de la mitad de sus actos a lo largo del día son simples acciones y reacciones mecánicas, que realiza con la conciencia manipulada a distancia. Cualquier conductor ha pasado por esta experiencia. Durante un largo viaje en coche uno puede conducir muchos kilómetros desde el subconsciente. De pronto, como si despertara de un sueño y volviera a la realidad, el conductor cae en la cuenta de que está a punto de llegar a su destino sin haber reparado en algunas ciudades que ha dejado atrás. Pese a esta falta de conciencia el conductor ha cumplido con todas las normas de circulación. Ha puesto el intermitente al adelantar, ha respetado la línea continua, ha guardado las distancias, no ha sobrepasado el límite de velocidad. Realmente ha conducido ejerciendo él mismo de piloto automático, mientras su cerebro estaba en otra parte, ajeno al paisaje que atravesaba. Tal vez había percibido que una abubilla levantaba el vuelo desde un sembrado o que había un perro aplastado en medio de la carretera. Esta experiencia puede aplicarse a todos los aspectos de la conducta humana. Suena el despertador, el ciudadano salta de la cama, se ducha, se afeita o se maquilla, desayuna café con leche y media tostada, sube al coche, se mete en el atasco, llega a la oficina, sonríe al jefe, saluda a los compañeros, revisa los papeles, habla docenas de veces por el móvil, almuerza el plato del día, hay más papeles en el despacho, termina la jornada, cierra el ordenador, se mete en el atasco, el portal, el llavén, la casa, la mujer, el marido, los hijos, la noche, la cena, la televisión, la cama. Y así un año y otro año cumpliendo siempre las reglas con palabras y gestos repetidos frente al vuelo de una abubilla o a la visión de un perro despanzurrado convertidos en el gran acontecimiento de la vida. Un zombi no es exactamente un muerto viviente sino un ser cuya voluntad está poseída por otro. Robot es una palabra checa que significa esclavo. Alguien que es dueño de nuestros actos va tirando de los hilos hasta que de pronto un día uno se encuentra al final del trayecto sin darse cuenta de que ha vivido. Me pregunto en qué parte secreta del cuerpo tenemos la batería.

Las negritas y los enlaces son míos.

Intrusos ignorantes y entrometidos

Entonces, examinas esas tres cosas y ves lo que dicen, ves lo que las grandes figuras han escrito sobre eso. Todos dicen (cito en parte) que la población general son “intrusos ignorantes y entrometidos”. Tenemos que mantenerlos lejos de la arena pública porque son demasiado estúpidos y si tomaran parte todo lo que harían sería crear problemas. Su sitio es ser “espectadores”, no “participantes”.

Se les permite votar de vez en cuando, escoger a alguno de nosotros, los tipos listos. Pero luego se supone que deben volver a casa y hacer cualquier otra cosa, mirar el fútbol o lo que sea. Pero los “intrusos ignorantes y entrometidos” tienen que ser “espectadores, no participantes”. Los participantes son lo que se llama la “gente responsable” y, por supuesto, el escritor siempre es uno de ellos. Nunca te preguntas, ¿por qué yo soy un “hombre responsable” y aquel otro está en la cárcel? La respuesta es bastante evidente. Es porque tú eres obediente y estás subordinado al poder, y esa otra persona puede ser independiente, etc. Pero no te lo preguntas, claro. Así que tenemos a esos tipos listos que se supone que deben dirigir el cotarro y el resto se supone que estará fuera de eso, y no deberíamos sucumbir (y cito de un artículo académico) “a los dogmatismos democráticos de que los hombres son los mejores jueces de sus propios intereses”. No lo son. Son unos jueces malísimos de sus propios intereses, así que tenemos que hacerlo nosotros por su propio bien.

Creo que nunca me cansaré de releer -por revelador- este artículo de N. Chomsky, que está sacado de una conferencia realizada en el Z Media Institute en junio de 1997 y reproducido en Rebelión con el título ¿Qué hace que los medios convencionales sean tan convencionales?.

Noam Chomsky es “el mismo” que en 1998 avisó a los navegantes con aquello de:

Si no hacemos nada, Internet y el cable estarán monopolizados dentro de diez o quince años por las megacorporaciones empresariales, la gente no conoce que en sus manos está la posibilidad de disponer de estos instrumentos tecnológicos en vez de dejárselos a las grandes compañías. Para ello, hace falta coordinación entre los grupos que se oponen a esa monopolización, utilizando la tecnología con creatividad, inteligencia y iniciativa para promocionar, por ejemplo, la educación.

¿El poder de la inteligencia colectiva en red y la web 2.0 de qué parte están: de las megacorporaciones empresariales o de los grupos coordinados que se oponen a esa monopolización?

Everything is under control

Un blog feliz

El escritor inglés Aldous Huxley escribe en ‘Un mundo feliz’: "el mayor de los triunfos de la propaganda se ha conseguido, no haciendo algo, sino absteniéndose de hacerlo". Es decir, ocultar en lugar de censurar. Confinar en lugar de mutilar. Menospreciar en lugar de silenciar.

De nuevo Escolar. Muy al caso.

Más en el descodificador.

Televisión, mitoinformación y control social

Eutsi ("Resiste" en euskera) es la versión online de la histórica revista vitoriana peleona RESISTE.

Natxo me ha pasado este interesante extracto de un texto del Instituto de Desingeniería Social de Oxford que ha publicado Eutsi. Destaco algunos párrafos interesantes en relación a lo que solemos hablar por aquí:

La información se difunde en tales cantidades y a tal velocidad que la confirmación se vuelve imposible. La visión del mundo impuesta por la televisión comprime mil y un fragmentos en que todo es igual: lo que cuenta es la primacía de la televisión, que seguirá funcionando aunque la apagues. Es un instrumento caleidoscópico que se asegura de que nadie aprenda demasiado.

Los programas de televisión acentúan esta desconexión. Es un flujo constante: si no estamos de acuerdo con algo, no podemos volver atrás y volver a pensarlo. […] Cuando vemos la televisión, no tenemos la oportunidad de participar en el discurso; éste no permite ninguna acción recíproca (dar y tomar) entre emisor y receptor. La capacidad de responder en los mismos términos al ritmo de nuestro propio intelecto se nos deniega y somos atraídos a un consumo acrítico de los postulados y las connotaciones que se hacen. Si seguimos sin estar de acuerdo, sólo nos queda el democrático derecho de apagar la tele. Sólo una parte de la relación empieza la comunicación, la misma parte que ilustra la charla y que, antes de que llegue el turno de preguntas, cambia a otro asunto. […]

Ya sea una programación izquierdista o de derechas, el producto televisado sigue siendo programación. Su objetivo: crear un buen ciudadano, consumir productos, adoptar estilos de vida. En contraste con un totalitarismo concentrado, la dominación se logra no mediante métodos de adhesión forzosa a un líder y una única ideología sino con la multiplicación de opiniones y el vacío y los asuntos políticos virtuales y la implicación «voluntaria» y la participación de todos los espectadores en una elección de intereses, identificaciones y roles. El control social se mantiene en ambos sistemas, pero el nivel de abundancia determina el camino que se sigue para llegar a él.

En relación a cuestiones de control y televisión, en La televisión no lo filma (en PDF) ya proponíamos algunas ideas. Y más en el libro de Panel de Control.

Gracias por el link, Natxo.

El ojo que todo lo ve

Literal desde Escolar.net

La cárcel perfecta es aquella donde el menor número de guardianes puede controlar al mayor número de reclusos. La cárcel perfecta es esa donde el prisionero no sólo cumple su condena sino que rehabilita su comportamiento. La cárcel perfecta es el Panóptico, de Jeremy Bentham. En 1791, este filósofo inglés diseñó una prisión muy distinta a los siniestros calabozos o torreones de la época. El Panóptico era un edificio circular con una torre central de vigilancia. Según sus planos, el anillo exterior estaría dividido en celdas con tres paredes opacas y una cuarta, la que mira al interior, enrejada. Los prisioneros, de este modo, no podrían verse entre sí. Pero desde la torre, mediante un sistema de espejos, los carceleros podrían observar sin ser vistos a los reclusos en todo momento, en cada rincón de sus celdas. Los prisioneros nunca sabrían si alguien estaba mirando, por lo que estarían en permanente tensión.

Bentham presumía de que, al cabo de un tiempo, se podría sustituir a los carceleros por algún automatismo que, simplemente, simulase el sonido de sus pasos. Pero no sólo se trataba de ahorrar en carceleros. Su cárcel era un modelo de reinserción. El filósofo inglés aseguraba que los prisioneros, después de una larga temporada en el Panóptico, seguirían actuando al salir de prisión como si siempre tuviesen el ojo de la ley en el cogote.

El Panóptico nunca llegó a construirse. La corona inglesa estaba más preocupada en aquel tiempo por Napoleón que por reformar presidios. Pero sus planos inspiraron después las llamadas cárceles modelo, como la de Barcelona o la de Madrid. Un siglo más tarde, la llegada de las cámaras de vídeo acabó con la necesidad de una estructura circular o poligonal. El diseño del Panóptico dejó de tener sentido. Pero las teorías de Bentham sobre el comportamiento humano cuando un ojo vigila se volvieron más valiosas que nunca.

Las ideas de Bentham inspiraron también a otro londinense: George Orwell y su Gran Hermano. El Panóptico es, sin duda, algo muy británico. Los ingleses siempre han estado en la vanguardia de la videovigilancia. Si hoy caminas por el centro de Londres, cada diez segundos una cámara diferente grabará tu paseo. En la ciudad más vigilada del mundo hay alrededor de medio millón de ojos electrónicos. Tocan a 14 londinenses por cada cámara.

Hace unas semanas, el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, viajó a Londres para entrevistarse con su homólogo londinense, Ken Livingstone. Entre otras cosas, el alcalde neoyorquino se mostró interesado en replicar en su ciudad una red de videovigilancia como el llamado anillo de acero londinense. “En estos tiempos hay que ser muy ingenuo para pensar que las cámaras no te están vigilando todo el tiempo”, dijo Bloomberg a la salida de la reunión. “Vivimos en un mundo peligroso y la gente desea tener cámaras de seguridad”. Como de costumbre, es por nuestro bien.

Vídeo lotería

En el mundo peligroso de esta semana hemos descubierto que España es racista. Nos hemos enterado, como siempre, por la televisión. No se sabe si las cámaras de videovigilancia sirven para evitar que un desequilibrado se comporte como tal –el agresor racista del tren lleva dos años en tratamiento psiquiátrico–. Pero sin duda ayudan a que todo un país descubra sus miserias.

El neng del tren tuvo mala suerte. Si en lugar de un tren con videovigilancia en Barcelona hubiese escogido un descampado en El Ejido, otro gallo le cantaría. En esta ciudad de Almería, el PP ha pedido el indulto para dos vecinos que secuestraron y apalearon con bates a unos inmigrantes. El PAL, el partido del alcalde, el ex del PP Juan Enciso, también apoya la moción. El PSOE, que gobierna la Diputación de Almería con el apoyo del PAL, se opone sólo tibiamente: los socialistas piden ahora el tercer grado, aunque en otras votaciones municipales también respaldaron el indulto. Aquel día no había ninguna cámara de vídeo.

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