Educación Expandida // La intuición como Vórtice. Las propuestas pedagógicas de José Val del Omar.

Simposio Educación Expandida
Un proyecto de ZEMOS98 y Juan Freire // 22 a 29 de Marzo de 2009

La intuición como Vórtice. Las propuestas pedagógicas de José Val del Omar.

POR Pedro Jiménez | ZEMOS98 27/12/10 //

Este texto forma parte del catálogo de la exposición ":desbordamiento de VAL DEL OMAR" que ha tenido lugar en Granada, que puede visitarse hasta finales de Febrero en Madrid y que durante el 2011 podrá verse en Barcelona. La figura de Val del Omar ha estado presente en la historia de ZEMOS98, sobre todo como un referente al que volver una y otra vez, sin fin, y del que seguir aprendiendo. Este texto ha sido una oportunidad para seguir conociendo su trabajo, en algunas cosas coincidimos y aunque no lo ubicaríamos como un referente fundamental de la Educación Expandida, sí que encontramos en sus propuestas ideas y tentativas dignas de mención.

La intuición como vórtice
Las propuestas pedagógicas de José Val del Omar

¿Nos hemos parado a pensar si no sería más apropiado escribir de manera audiovisual sobre Val del Omar, aquí y en otras publicaciones? Las tentaciones para una persona como yo son muchas. Será en un texto clave, “Sentimiento de la pedagogía kinestésica” [1], leído ante maestros de la Institución Libre de Enseñanza en el año 1934 donde el propio Val del Omar se hace estas preguntas:

“¿Es posible educar el instinto?¿Se puede uno comunicar con el ser humano por un conducto que escape a la revisión de nuestra conciencia?Maestros, educadores, yo creo que sí, yo afirmo que sí, yo os aseguro que las máquinas que responden a un principio de automatismo, a un principio de economía en nuestro aparato psíquico han obrado el milagro. Y os digo más: yo que conozco esas máquinas he de ponerlas en práctica de este alto servicio”.

¿Tiene sentido otro texto sobre lo educativo en Val del Omar sin que eduque desde el instinto? Aceptando la tesis que plantea Víctor Erice [2] de que el de Granada no llegó a “formar un sistema” en torno a su teoría / práctica pedagógica, ¿qué hay más allá de los textos que se basan sólo en la experiencia de Val del Omar en las Misiones Pedagógicas?¿No deberíamos escapar del formato de investigación habitual? ¿No deberíamos escribir desde la intuición?

Val del Omar, estoy seguro de ello, no practicó la investigación sesuda y aséptica que determinada institución hoy nos impone. A su manera reivindicó un espacio múltiple y multidisciplinar que no entendía de diferenciaciones entre poesía, técnica o pedagogía. A esto es a lo que yo quiero denominar “la intuicion como vórtice”, a esa confluencia de turbulencias y flujos que se introducen en espiral en todo su quehacer como artista, técnico, inventor y cineasta, o, mejor, como a él le gustaba autodenominarse, cinemista.

Imaginar una utopía “valdelomariana” es un pensamiento recurrente. ¿Qué sentiría Val del Omar ante los avances de la tecnología y la comunicación? ¿Qué experimentaría ante máquinas que contienen en sí mismas las funciones de su laboratorio PLAT (Picto Lumínica Audio Táctil)? ¿Qué diálogo podríamos establecer con él desde la perspectiva de las tecnologías aplicadas a la educación?

Pensemos al revés, es posible hacerlo y probablemente será lo más práctico: ¿qué podemos recuperar hoy de su pensamiento pedagógico?, ¿qué no hemos aprendido–enseñado desde que unos cuantos ilustrados decidieran acercarse a la cultura popular desde el patronato de las Misiones Pedagógicas? ¿Qué nos queda por hacer?

“Con Cossío, presidente de la Institución Libre de Enseñanza, simpaticé desde el primer minuto. Tuve el privilegio de tener siempre vía libre a su dormitorio (estaba en cama por una tuberculosis vertebral), ello me animó al atrevimiento de un analfabeto hablando a peda- gogos. “Introducción a la pedagogía kinestésica” era el pomposo título de una conferencia donde dije: hoy el mundo de las letras enjaula al niño; por mi observación propia el niño quiere vivir y no detenerse a aprender” [3].

Ésta será una de las reflexiones importantes y recurrentes. La crítica feroz que Val del Omar expresa en todo momento al sistema educativo vigente. Una crítica que en muchos momentos tiene tintes autobiográficos y que queda bien ejemplificada en el rotundo rechazo de la letra impresa en los libros de texto.

Será en junio de 1882, antes de haber nacido Val del Omar, cuando una serie de maestros de la Institución Libre de Enseñanza (lugar donde impartiría Val del Omar su conferencia, ya citada, “Sentimiento de la pedagogía kinestésica”), presentan unas conclusiones al I Congreso Nacional Pedagógico, celebrado en Madrid:

“II. La educación ha de ser integral, armónica y progresiva [...] III. La intuición debe aplicarse a todas las enseñanzas, en cada una a su modo. [...] IV. Debe promoverse la creación de escuelas de párvulos, organizándolas según el sistema Froebel, y aprovechando en ellas, para educar al niño, la actividad que despliega en el juego, el cual debe ser enteramente libre, ajeno a toda monotonía y a todo mecanismo formalista [...] V. 3a. Supresión de todo carácter académico en las lecciones orales que deben convertirse en una comunicación familiar y continua entre el Profesor y los alumnos [...] VI. Para el cumplido desempeño de su misión, el Maestro necesita mucha mayor autoridad que la que hoy tiene, así como una amplia libertad para el régimen y organización interior de su escuela; la inmediata supresión de los textos oficiales; la reducción del número de alumnos [...]” [4].

Entre los firmantes se encuentran el fundador de la Institución Libre de Enseñanza, Francisco Giner de los Ríos (1839–1915), y el continuador de su legado, futuro presidente y fundador del patronato de Misiones Pedagógicas durantela II República, Manuel Bartolomé Cossío (1857–1935). Estas conclusiones de 1882 no surtieron mucho efecto en la política educativa nacional. Muchas son las puntas que se le pueden sacar a estas escuetas y poderosas conclusiones. La intuición, como metodología; el juego, como espacio para la pedagogía; y la libertad individual del maestro, frente al sistema coercitivo, fueron ideas que Val del Omar supo apreciar cuando contactó con los maestros del Instituto Libre de Enseñanza en los años 30, pero que él mismo había tenido ocasión de contrastar antes con la “pedagogía activa” del Padre Manjón (1846–1923). De este sacerdote burgalés, afincado en Granada, extraerá las frases que prologan su película Aguaespejo granadino: “Matemáticas de Dios. El que más da, más tiene”.

Las palabras, que siguen, pronunciadas en el Club Pueblo de Madrid en 1970, vuelven a sintetizar ese sentimiento crítico con la institución que el propio Val del Omar llevará a gala toda su vida.

“Cuando niño me molestaban las letras de los libros / y me atrapó la luz de las mariposas, / luego he pasado 40 años manoseando —por instinto— imágenes lu / nubosas y ruidos artificiales. [5] Soy lo que se llama / un analfabeto / con Cultura de Sangre”.

Su pensamiento, trabajo y sentimiento quieren estar siempre cerca del espectador, proclamando a la persona por encima de todas las cosas. Se puede percibir en sus escritos y también en sus inventos.

Las anteriores frases forman parte de la disertación “La Cultura del ‘Cassette’ (con dos SS y dos TT)” [6], una conferencia bastante histriónica en la que Val del Omar carga las tintas contra la inoperancia de la investigación en España, contra los frenos gubernamentales y contra “la ceguera” de los industriales. Es significativo este alegato porque su historia personal no puede entenderse si no es en esa dicotomía constante entre el querer y el hacer. Sus inventos geniales (y al mismo tiempo fracasos comerciales) fueron fruto de un aislamiento y exilio interior sufridos por el granadino, durante toda la dictadura y algunos años de democracia, hasta su muerte.

A pesar de estar predicando constantemente en el desierto, Val del Omar hizo propuestas concretas de tecnologías que aspiraron siempre a mejorar el sistema educativo. Será en los años treinta cuando propone que todas las escuelas primarias españolas dispongan de una foto–fono–cine–teca en sus aulas, a la vez que concibe un par de inventos con esta idea–marco en la cabeza.

“Primero: Procedimiento elemental–escolar de cosas y procesos.
Aplicable a todas las escuelas primarias nacionales, mediante la fórmula económica de mi aparato Grafo–Omar, el cual permite dotar a cada escuela de libro de texto, telón, aparato y una copia íntegra de la Cinemateca (tres mil proyecciones ordenadas por los organismos consultivos de ese Ministerio) al precio de cincuenta pesetas tratándose de la total dotación de dichas escuelas nacionales primarias. Esta cinemateca elemental es el primer escalón de la Pedagogía Kinestésica, ya que lo primero es dar noción de las cosas por donde más tarde perseguiremos el movimiento; es el texto fotográfico permanente que la escuela mo- derna tiene para aventajar en economía y en concentración a las láminas de las paredes y a las estampas de los libros; y es en fin la gran ventana por la que desfilan los documentos de todo el mundo montados sobre elementales esquemas de espectación”.[7]

Este “proyector de transparencias” que funcionaría con una pantalla de 1 x 1,20 m se compondría entonces de imágenes fijas. Y al proponer más allá del ámbito escolar y apostando por una educación progresiva y en todos los ámbitos de la vida, el segundo “invento” recogido en este documento de 1931 trata de la creación de unos “Noticiarios” (anteceden al NODO, que nació en los años cuarenta), que funcionarían antes de las proyecciones cinematográficas “componiéndose de actualidades españolas, esquemas pedagógicos sociales y esquemas económicos.”

Este asunto de los contenidos educativos, del cinema educativo, es de los menos conocidos y de los más interesantes. Cuando en estos años Val del Omar (gracias a que Federico García Lorca le presenta a Manuel Bartolomé Cossío) tiene la oportunidad de integrarse en el equipo de las Misiones Pedagógicas, también tiene la suerte de conocer en profundidad el catálogo de películas educativas de la casa Eastman. De hecho Luis Pacheco, representante en Madrid de esta casa, será un colaborador preferente, cediendo película virgen en 35 mm y 16 mm, a cambio de tener una copia de todo el material rodado y de que el catálogo de películas educativas fuera proyectado en las Misiones.

El catálogo incluía películas tan poco interesantes, como supuestamente fascinantes para las poblaciones que recibían a las Misiones, como Animales salvajes en África, En las Montañas Rocosas del Canadá o Vida del mosquito “Aedes Aegypti”, propagador del virus de la fiebre amarilla.
Aunque siempre hemos leído y evocado con fruición el ideal de las Misiones Pedagógicas, bien podemos entender, por un lado por los análisis concienzudos y por otro, por los manuscritos de Val del Omar, que aquello fue un experimento ambicioso, al tiempo que improvisado y contradictorio, sobre todo en los aspectos relacionados con los contenidos de las diferentes Misiones.

Podemos pensar que el pueblo quedó maravillado ante la proyección de imágenes por la llegada del cinematógrafo. Pero en esas caras refulgentes y llenas de sorpresa que tantas veces fotografió Val del Omar (y que luego fueron reutilizadas con motivos propagandísticos durante la Guerra Civil), ¿no se generó un pensamiento crítico sobre lo imperativo de la imagen proyectada? ¿Por qué en las memorias de las Misiones Pedagógicas sólo se atiende a la anécdota con respecto al tema del cine?

Queda claro que la Sección de Cine del Servicio de Cinematografía y Proyecciones fijas de las Misiones Pedagógicas es la que a más misionados congregó. En torno a la pantalla pública, de noche, se congregaban los habitantes de los pequeños pueblos y allí se les hacía un pase de películas educativas del catálogo de “films instructivos” de la casa Eastman, así como otras películas de Charles Chaplin y el Gato Félix.

“El problema está planteado para nosotros en el material de exhibición. A la falta de buenas películas, en lo inapropiado que resultan las películas que hay para un campo tan puro como los pueblos de España. Las Misiones las reforman, ajustando sus montajes y títulos a la sensibilidad de nuestros campesinos pero de todas formas esto deja mucho que desear. Las Misiones sienten la necesidad de producir sus películas, pero es tan abrumador su encargo principal de rotulación que no pueden ni disponen de medios para tal empresa. Con un sentido liberal, han agrupado y continúan acumulando a su cinemateca todas aquellas bandas útiles a su labor. Ellas quisieran ver surgir una producción de donde nutrirse. Sobre todo una producción de amateur ya que en ello radica la simiente de un cinema honroso”. [8]

De las dos mil proyecciones que se contabilizan en más de doscientos pueblos diferentes me surge la misma pregunta que a los autores de la investigación El cine en las Misiones Pedagógicas: La figura de Val del Omar: “¿Cuál fue la significatividad de ese cine en el marco humano y sociocultural en el que se hicieron las proyecciones?” [9]. Me atrevo a decir que bordeó el límite de ser un espectáculo de feria más. Tal como vino se fue. Y quedaron unas impresiones muy gratas en los “misioneros” pero, por desgracia, fueron muy pocos los cinematógrafos que se quedaron y fueron menos los elementos de “educación audiovisual” que allí se asentaron. Y que conste que la labor cultural que proponía el Patronato de Misiones Pedagógicas me parece muy loable, porque la intención de también entender las Misiones como un espacio para el ocio —y considerar lo lúdico como un elemento propio de lo educativo— es muy avanzado para la época de la instrucción restrictiva. Pero en todo caso, el proyecto de Misiones no fue extendido políticamente con toda su intención; ya sea por el corte en seco de la Guerra Civil, por la falta de presupuesto del proyecto o por el carácter excepcional del mismo. Lo cierto es que no tuvo continuidad, y lo que es más acuciante, que nos remite a la idea del diálogo de lo presente con las propuestas de Val del Omar; poco o nada se ha avanzado desde entonces en el currículum educativo en cuanto a educación audiovisual se refiere.

Y hablando de contenidos. Se han “recuperado” y considerado tres obras cinematográficas de Val del Omar. En Estampas 1932, se me hace complicado ver trabajo personal, pues la película es un reportaje propagandístico de las propias Misiones Pedagógicas. No hay ese “cine poético y hermoso” al que aspiraba el granadino. Es interesante como documento, pero es más rica la colección de fotografías de las Misiones, de las que Val del Omar es uno de sus autores más prolíficos.
Sí que me parecen más evocadores los rollos agrupados bajo el título Fiestas cristianas / fiestas profanas rodados en Murcia y la película Vibración de Granada. En el intervalo de años que van de 1933 a 1935, el joven Val del Omar ya apunta algunas de las técnicas, narrativas e intencionalidades de un cine que tendrá su más alta cumbre en sus dos obras más conocidas, Aguaespejo granadino y Fuego en Castilla.
En las películas de Murcia (que no son de tema institucional–propagandístico, sino interesantes digresiones sobre lo profano y lo divino de las fiestas de Murcia, Lorca y Cartagena) se pueden encontrar estructuras propias del ritmo valdelomariano. ¿Llegó el autor a proyectar estas películas en alguna Misión? Y si lo hizo, ¿qué reacciones hubo? ¿No son estos buenos ejemplos del cinema que reclamó como “profesor de intuiciones”?

Lamentablemente, tenemos que admitir que fueron experimentos poco testados y menores en la estructura institucional de las Misiones Pedagógicas. Que no recogen la idea última de la proyección pública (y en abierto) y que, en el caso de Vibración de Granada, se trata de una película muy personal que sólo pudo verse en círculos artísticos muy reducidos, aunque podría ser catalogada como un excelente preludio de Aguaespejo granadino.

Queda claro que lo pedagógico en Val del Omar es una de sus preocupaciones más hondas a lo largo de su vida. Y no sólo porque el impacto de las Misiones Pedagógicas quede vivo en una especie de anhelo histórico–político, sino porque conforme avanzan las técnicas audiovisuales, él sigue imponiendo su visión del instinto, y su deseo de libertad individual; en sus técnicas, en sus propuestas y en sus proyectos audiovisuales.

En 1955, su nueva aportación técnica es una superación del Grafo–Omar presentado en los años treinta. Se trata del audio–visual–hispano, un sistema de proyección y sonido sobre cinta magnética que lanza diapositivas, sonidos e incluso apaga y enciende las luces de la sala. Con su habitual optimismo, Val del Omar habla de que gracias a este aparato “la educación será recreativa y espectacular”.

“Respecto a la capacidad espectacular del sistema, yo no tengo la menor duda. Entre una imagen y la siguiente, existe transición, movimiento, ritmo, sorpresa, y si a la oración gráfica se une la oral [10], se entrecruza con ella, y a esto unimos la interrupción de la oscuridad, y si por último este sonido tiene su respuesta en la propia sala, desde el espectador, estos resortes mágicos han de ser buenos instrumentos para despertar expectación en los pueblos sencillos. Son unos grandes útiles para que el hombre hable y lo escuchen”. [11]

Es interesante, y lo veremos también más adelante, que Val del Omar se preocupe aquí, con más intención que otra cosa, de que el espectador pueda participar. Ese será el espectáculo sublime: cuando el espectador sea interpelado y se establezca el diálogo. No puedo olvidar aquí la importancia de alguien a quien probablemente Val del Omar nunca llegó a conocer (si tuvo noticias de él, probablemente no le prestó mucha atención). Me refiero a la Pedagogía del Oprimido, de Paulo Freire (1921–1997), el más reconocido de los pedagogos latinoamerica- nos durante el siglo XX. [12]

“Otras aplicaciones del audio–visual–hispánico: este aparato puede llegar a las escuelas, institutos y centros de cultura superior. Permite dar a muy poco costo conferencias ilustra- das donde la plástica, el ritmo y la palabra se conjugan con eficacia educativa o cultural. Puede rendir un servicio no para alfabetizar a los pueblos, sino para enseñarles las tripas de sus paraulas y su escritura para que luego ellos las monten como les venga en gana” [13].

El elemento amateur y el acercamiento de la tecnología al educando está presente en su propuesta. Es fácil pensar, aunque no tengamos testimonio alguno de ello, que Val de Omar apostaría por que el alumnado fuera realizador de su propio aprendizaje, sus fonemas, sus películas, sus sistemas audiovisuales. Porque la autoformación (que él mismo practicó a lo largo de toda su vida) y las prácticas amateur son los reyes de la intuición entendida como ese “buscar el descubrimiento, el sondeo, la exploración y el reconocimiento del lenguaje de las formas” que tanto anhelaba el de Granada. [14]
Habrá otra propuesta técnica. Presentada con éxito a los expertos internacionales de Cine–TV de la UNESCO, en Tánger. Se trata del “diáfono”, entendido como el canal de la “reacción pública”. La técnica de la diafonía iba más allá del estéreo y Val del Omar la propuso para que en sus películas hubiera dos canales de audio: uno delante y otro detrás de los espectadores, con la intención de causar un “vaivén emocional”, en busca de la “aprojimación” [15]. En su aplicación a la televisión, Val del Omar propuso trasladar esta técnica de la localización posterior y anterior de las fuentes sonoras usando la radio. En el televisor tendríamos un canal, en la radio, dispuesta a nuestra espalda, tendríamos el canal de “reacción pública”. Una serie de efectos sonoros, aplicados a los productos televisivos, que nace “frente a la comunicación unidireccional irreversible autoritaria y no dialogal” [16].

En una carta escrita en marzo de 1977 dirigida al que fue director general de Radio Televisión Española (RTVE) durante el periodo1969–1973 y luego primer presidente de la democracia, Adolfo Suárez, Val del Omar no duda en volver a presentar esta propuesta del “canal de reacción pública” como “activador del sentimiento democrático”, a la vez que propone ponerlo en marcha en dicho ente:

“Es hora, de encontrar equilibrios cibernéticos y operar sin miedos. Sé, que la palabra ‘teleclub’, está algo desacreditada por pasiva, pero como quiere decir ‘reunión a distancia’, sugiero a USTED convocar al pueblo español a la participación, como real protagonista de un TELECLUB ACTIVO, que utilice la Televisión y Radio conjuntas en todo el territorio nacional. [...] El imperio de la única ventana invasora de todos los hogares en España, debe someter- se al juicio de los televidentes, a quienes se les debe permitir su reacción pública, simultá- nea, a tiempo real, y también diferida, para ser rumiada en provecho colectivo”. [17]

Se trata sin duda de un planteamiento adelantado de teledemocracia y de plan- teamiento pedagógico avanzado, del que no se tuvo respuesta alguna y del que probablemente no tendremos noticia nunca. Pero ahí, en esa radicalidad intuitiva es hacia donde podría haber girado un medio como el televisivo. He aquí la con- versación pendiente con Val del Omar.


Notas

  1. “Sentimiento de la pedagogía kinestésica”. Conferencia a los maestros de la Institución Libre de Enseñanza. Junio de 1932. Reproducido en: Gonzalo Sáenz de Buruaga; María José Val del Omar. Val del Omar sin fin. Granada: Diputación de Gra- nada,1992,pp.57–70,y en José Val del Omar. Escritos de técnica, poética y mística, op. cit., p. 42.
  2. Víctor Erice.”El llanto de las máquinas”. En Galaxia Val del Omar. Madrid: Instituto Cervantes, 2002 y reproducido en este catálogo.
  3. “[Manuel Bartolomé Cossío y las Misiones Pedagógicas]”, en Escritos de técnica, poética y mística, op. cit., p. 31.
  4. Anexo publicado por Antonio Molero Pintado. La Institución Libre de Enseñaza. Un proyecto de reforma Pedagógica. Madrid: Biblioteca Nueva, 2000.
  5. Esta misma idea ya la podemos encontrar en el “Manifiesto de la Asociación de Creyentes del Cinema”, Madrid, 1935, y en Escritos de técnica, poética y mística, op. cit., p. 51. El primer motivo está redactado así: “1. POR INSTINTO./ Yo quería fugarme del negro de los libros./ Quería irme hacia la imagen luminosa./Como las mariposas son atraídas por la luz”. En el original consta “lu-/nubosas, pero suponemos que quería decir “nebulosas”.
  6. Original mecanografiado de José Val Omar: “La Cultura del ‘Cassette’ (con dos SS y dos TT)”. Club Pueblo. Noviembre, 1970, AVDO.
  7. Extracto de “Proposición para cinematografía infantil”, noviembre de 1931. Subrayado por José Val del Omar. En: Gonzalo Sáenz de Buruaga; María José Val del Omar, op. cit., p. 55–56, y también en Escritos de técnica, poética y mística, op. cit., p. 36.
  8. “Misiones Pedagógicas y el cine”. Intervención de José Val del Omar en Radio Madrid, 1934. Presentado por Gómez Mesa en Escritos de técnica, poética y mística, op. cit., p. 48.
  9. Isabel Fernández Alonso, Juan Carlos Ibáñez Fernández, Teresa C. Rodríguez García. El cine en las Misiones Pedagógicas. La figura de Val del Omar. Actas de las IV Jornadas Internacionales de Jóvenes Investigadores en Comunicación. Facultad de Ciències de la Comunicació. Bellaterra, 1997.
  10. Lo oral, tan importante en los análisis que lanzó Val del Omar y en los que luego reincidió Marshall McLuhan para entender la relevancia de la cultura “audio–táctil”.
  11. Mecanografiado inédito: José Val del Omar. “Audio–vi- sual–hispánico”, 1948. AVDO.
  12. Aunque no se conserva ejemplar de este libro en la biblioteca de Val del Omar, sí se pueden localizar entre los papeles de su archivo recortes de prensa relativos a Paulo Freire. Entre ellos, el artículo de Manuel Espín,“La escuela del diálogo, Paulo Freire” (que remite explícitamente a la Pedagogía del oprimido).
  13. Mecanografiado inédito: José Val del Omar.“Audio–visual–hispánico” 1948. AVDO.
  14. “La educación debe apartarse de la instrucción”, documento manuscrito, sf, AVDO.
  15. “Aprojimarse al cine” en el sentido de “aproximarse al prójimo”: Uno de los muchos juegos de palabras que planteó Val del Omar en sus manuscritos.
  16. “La Diafonía y las razones de su existencia en televisión”, septiembre de 1955, presentado en la Reunión de Expertos Cine–TV de la UNESCO, celebrada en Tánger. En: Gonzalo Sáenz de Buruaga; María José Val del Omar, op. cit., p. 116–118.
  17. “Carta transparente al experto televisivo Adolfo Suárez”, 8 marzo 1977. En Escritos de técnica, poética y mística, op.cit., p.203.

  • El texto puede descargarse en PDF y tiene una licencia Creative Commons BY-SA - ES 3.0 que por error no aparece en la edición en papel.
  • El texto tiene una CODA elaborada junto a Felipe G. Gil para el Blog del Centro José Guerrero
  • La imagen que ilustra este post es de "Misiones pedagógicas. Álbum del expediente de la Junta de ampliación de estudios, nº 30, 1932-1936" y está publicada en la p. 72 del catálogo de ":desbordamiento de VAL DEL OMAR".

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