Educación Expandida // Pensar la Videovigilancia. Una propuesta educativa.

Simposio Educación Expandida
Un proyecto de ZEMOS98 y Juan Freire // 22 a 29 de Marzo de 2009

Pensar la Videovigilancia. Una propuesta educativa.

POR Pedro Jiménez | ZEMOS98 25/04/09 //

Como muchos sabréis en la novena edición del Festival Internacional ZEMOS98 nos preguntamos en abierto ¿Es posible estar FUERA DE CONTROL? y de ahí surgió un proyecto PANEL DE CONTROL - Interruptores críticos para una sociedad vigilada que ha sido desarrollado en una exposición, un seminario, varios talleres, un libro y se mantiene abierto un blog. Y si hemos dicho que de educación venimos hablando hace tiempo queremos retomar ahora este ámbito discursivo, el de la sociedad vigilada, para hablar de educación.

Gracias a Transversalia, uno de los proyectos que ha participado en el Simposio Educación Expandida, existe on.line una Unidad Didáctica, muy general y abierta que propone algunas ideas sobre cómo accionar los interruptores críticos de esta sociedad vigilada desde la educación.

Bien, el pasado mes de enero participamos en las jornadas ‘XENTES, ESPAZOS E LUGARES’ en el Museo MARCO de Vigo. Y de allí salió un texto, escrito junto a Rubén Díaz, del que extraigo algunas de las ideas para este post.

Lo que percibimos es que el uso generalizado de cámaras de videovigilancia -y otros dispositivos de control- en el mobiliario urbano de nuestras ciudades conforma un paisaje arquitectónico cada vez más integrado. La implantación de sistemas de control en el espacio público está relacionada con una serie de factores, fundamentalmente decisiones políticas que repercuten en lo económico, que responde a un modelo de ciudad determinado. Se trata de la ciudad-empresa o lo que en casos como el de Barcelona se ha denominado ciudad-marca: genérica y posmoderna, cada vez más carente de identidad, superficial y caricaturizada a través de una iconografía tautológica que intenta rentabilizar a toda costa la explotación de su propia marca. Majestuosos edificios-icono de arquitectos estrella, exposiciones universales, organización de grandes espectáculos deportivos, festivales, ferias o bienales de arte contemporáneo. La reconversión del espacio público en escaparate.


Escaparate de El Corte Inglés. Por incongruente

Si algunas actividades no encajan en el modelo de ciudad homogénea, entran en juego ciertas decisiones políticas que hacen los ajustes pertinentes y necesarios para que la ciudad funcione correctamente, en armonía y convivencia, desactivando aquello que sobra: ruido o suciedad, oposición o vandalismo, mendicidad o prostitución. Es el caso de los discursos de las ordenanzas cívicas y sus normativas sancionadoras. El discurso de las ordenanzas cívicas es el discurso del sentido común. Dentro de este contexto situamos el uso y aplicaciones de la videovigilancia. Es el estado natural de las cosas en la ciudad. Toda resistencia al sistema es calificada de sospechosa. Aquella persona que desconfía de este tipo de parlamento, algo tiene que ocultar. La apuesta por la videovigilancia se mueve en el terreno de lo obvio. ¿Quién se va a negar a aplicar un dispositivo destinado a persuadir a malhechores para que no cometan su crimen contra nosotros o contra nuestros hijos?, ¿por qué no usar una tecnología que tenemos al alcance de la mano, más desarrollada que nunca, para bajar los índices de criminalidad?, ¿acaso no eres consciente de esos vídeos que aparecen en cada telediario en los que atrapan a pederastas disfrazados de niñeras o racistas que golpean a inmigrantes?.

Una sociedad videovigilada es además una ciudad donde los vecinos se estandarizan, se normalizan. El ciudadano se atomiza, se produce en serie. Ante los ojos de la cámara, cada persona es un ciudadano indeterminado, unificado y acrítico. Al final el ciudadano, dentro de una ciudad-marca, se encuentra cumpliendo el papel que le ha sido asignado, gestionando su yo-marca, en palabras de Santiago López Petit. En definitiva, estos dispositivos fomentan la desconfianza y la deshumanización de nuestras calles.

Esta deshumanización es la que intenta combatir, con ideas simples y a mismo tiempo desafiantes, la propuesta de “La ciudad de los niños” del pedagogo italiano Francesco Tonucci. ¿Seremos capaces de construir una ciudad en la que los niños puedan ir solos al colegio? ¿A qué punto hemos llegado cuando el desarrollo de nuestra infancia queda regulada por espacios de ocio vigilados? La calle es peligrosa (o eso repiten a diario los medios de comunicación).

“Es inaceptable que por la dramática muerte de dos niñas en Inglaterra a manos de un loco o de un asesino (siempre ha habido este tipo de gente) todos los niños del mundo occidental hayan perdido un poquito de autonomía. Y sólo porque las televisiones, los periódicos, se han hecho eco de ella en primera página porque saben que es una noticia que impacta y engancha a la gente. Cuando en un pueblecito de Italia presenté el tema de la autonomía de los niños una madre me decía: “Eso está muy bien, pero yo tengo miedo”, ¿miedo de qué? le pregunté, “de los pedófilos, por ejemplo”. Cuántas veces habéis tenido un problema de pedofilia en vuestro pueblo, “en nuestro pueblo ¡nunca!” (queriendo decir que era inimaginable) y entonces, por qué tiene miedo, “porque lo vi en la televisión”. Este es un motivo suficiente para tener miedo, pero es un miedo injustificado. Todos los años son muchos más los niños que mueren ahogados en una piscina y sin embargo a nadie se le ocurre que dejen de bañarse. Una de las experiencias más peligrosas para un niño es viajar en el coche de su madre y de su padre, y esto lo hacemos a diario… Los medios de comunicación tienen por tanto una responsabilidad muy fuerte sobre la que deberían reflexionar.”

Fuente: La Ciudad de Los Niños PDF

¿Qué proponemos? Pensar la videovigilancia

En la reflexión en torno al debate de la videovigilancia cabe plantearse cuestiones que van más allá de estar a favor o en contra del dispositivo en sí. Llega un momento en el que indudablemente las cámaras forman ya parte del decorado y ni siquiera nos incordian. Casi nunca pasa nada. Se interiorizan como parte de una posvideovigilancia.

Pero es posible pensar la videovigilancia como debate para una construcción colectiva del espacio público, reutilizando la sinergia de la polémica para optar por una transformación de esta realidad, utilizando la educación, la creatividad y la inteligencia. Desde una perspectiva optimista, puede ser un momento interesante para reconducir el debate hacia un lugar donde podamos profundizar colectivamente en la cuestión. Deconstruir el discurso mediático de la videovigilancia es una responsabilidad del debate público en su búsqueda acerca de qué significa ser ciudadano hoy, ser político. En esta actitud se encuentra la vida de la ciudad y en ella reside la fuerza para construir de manera colectiva el espacio público. Pensamos que es hora de revitalizar un contrato social al respecto y levantar un nuevo sentido común más cercano a la solidaridad, la confianza y la verdadera libertad. No podemos conformarnos con saber que nos manipulan. Hay que asumir el esfuerzo de retomar una actitud transformadora.

Un buen punto de partida es "La Sociedad Vigilada" un programa de TESIS de Canal Sur sobre el asunto del control:

La imagen de la portada de este post pertenece a la colección Interruptores de La Fábrica de Sombreros de Simplifica.

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